Control presupuestario pieza clave en la cimentación de la empresa
Un control riguroso de costes, una organizada gestión de la tesorería y como colofón un perfecto control presupuestario, nos permitirá identificar a tiempo debilidades del sistema para tomar las medidas correctoras adecuadas
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En tiempos de recesión, los directivos en general y el control de tesorería en particular pasan por sus momentos más excitantes.
Puede ser que esta afirmación suene paradójica, quizá el adjetivo excitante no sea el más adecuado para algunos, pero si se es economista y a uno le gusta lo que hace, no cabe duda que estos años que nos toca vivir, son los más excitantes desde hace mucho tiempo. Por decirlo de otra forma, si eres un futbolista profesional, los partidos que estás deseando jugar son los que te enfrentan a los grandes clubs.
En estas situaciones se puede demostrar la imaginación de los directivos de una empresa y el valor de un buen sistema presupuestario.
En estas situaciones se puede demostrar la imaginación de los directivos de una empresa y el valor de un buen sistema presupuestario.
Es pues, el momento de sacar el mayor partido de los instrumentos de gestión de los que disponemos, el presupuesto de tesorería, las inversiones a medio y largo plazo y el control de costes. Todo ello con la finalidad de dar la estabilidad necesaria a la empresa, no solo para superar momentos de debilidad, sino y esto es lo más importante, salir reforzada y encarar el futuro en una posición de ventaja con respecto a los que decidieron no apostar por un buen sistema de gestión que integre estos tres conceptos básicos.
Estos tres instrumentos de gestión se engloban en el denominado control presupuestario, que solo puede ser eficaz si el sistema de gestión de tesorería mantiene de forma sistemática una información real y actualizada. El manejo de dichos instrumentos y la información que faciliten, será la base de nuestras decisiones, por ello es fundamental que la información obtenida sea analizada con detenimiento, con el fin de dar la respuesta adecuada a cada situación.
Por su parte y como complemento, un sistema de control de costes eficiente, permite mantener los niveles de gestión, sin poner en riesgo el normal funcionamiento de la empresa.
En años de bonanza económica los controles tienden a relajarse y en lugar de buscar mejoras en los sistemas de gestión, se suele dejar al control presupuestario como instrumento de seguimiento de los objetivos de venta y pago de bonificaciones. La gestión de tesorería deja de ser el punto de referencia para las inversiones que determinarán el futuro de la compañía, descuidando en gran medida su actualización, siendo éste uno de los aspectos clave de su gestión. Por último, el control de costes queda a merced de los vaivenes de la empresa.
Por tanto, en cualquier momento, un control riguroso de costes, una organizada gestión de la tesorería y como colofón un perfecto control presupuestario, nos permitirá identificar a tiempo debilidades del sistema para tomar las medidas correctoras adecuadas. Además, nos dirá especialmente en situaciones como la actual, si la empresa puede realizar las inversiones a medio y largo plazo, necesarias para mantener su competitividad. Este último punto es especialmente importante ya que determinará la posible viabilidad de la empresa una vez que la crisis sea superada.


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